Estrategias para mejorar el web performance
POR MIGUEL OLEA, FRONTEND SOFTWARE ENGINEER
Frustración es lo que siente un visitante al entrar en una página web que tarda mucho en cargar. Está demostrado que cuanto más demora un sitio en responder, más usuarios lo abandonarán, por lo que es necesario mejorar constantemente el web performance de un portal.
¿Qué es el Web performance?
Para entender qué es el web performance, o rendimiento web, en español, podemos utilizar la definición que nos da MDN Web Docs: “El web performance es el tiempo que tarda un sitio en cargarse, volverse interactivo y receptivo, y qué tan fluido es el contenido durante las interacciones del usuario”.
Beneficios de mejorar el web performance
Este proceso es muy útil para que nuestros sitios sean eficientes y atractivos para los usuarios. De manera muy puntual, algunos de los beneficios del web performance son:
Agilidad en la carga: Cuando una página web se carga rápidamente retiene la atención de los visitantes y disminuye la probabilidad de que abandonen el sitio de inmediato.
Retención de visitantes: Un sitio con buen rendimiento hace que los visitantes regresen.
Optimización para motores de búsqueda: Los buscadores favorecen las páginas con tiempos de carga reducidos, lo que mejora su posición en los resultados de búsqueda.
Aumento en conversiones de prospectos: Un portal web optimizado puede incrementar la realización de acciones deseadas, como compras o registros.
Eficiencia en el uso de recursos: Menos tiempo de carga implica un uso más eficiente de los recursos del servidor, lo que puede generar ahorros económicos.
Estrategias para mejorar el web performance
Ya que conocemos la importancia del web performance repasemos las principales estrategias a seguir para mantenerlo siempre en óptimas condiciones.
Revisa el código: como primer paso es fundamental realizar un código de calidad, pues de nada sirve llevar a cabo otros métodos si el código tiene un mal rendimiento, luego, elimina el código que no es utilizado o en su defecto sólo carga lo que sea necesario (es buena práctica mandar a llamar únicamente el código que el usuario va a utilizar inmediatamente), paso seguido, minimiza HTML, CSS y JavaScript, eliminando espacios en blanco y comentarios innecesarios y, finalmente, utiliza herramientas de minificación para reducir el tamaño de los archivos.
Optimiza las imágenes: reduce el tamaño y el peso de las imágenes utilizando formatos comprimidos como JPEG o WebP, además, considera la compresión sin pérdida para mantener la calidad visual mientras reduces el tamaño del archivo y también utiliza un CDN (Red de Entrega de Contenido), debido a que almacenar imágenes y recursos estáticos en un CDN distribuye la carga y acelera la entrega al usuario.
Priorizar el contenido superior de la página: carga primero los elementos más importantes que aparecen en la parte superior, debido a que esto ayuda a que los usuarios perciban que la página se carga más rápido, ya que ven lo esencial antes de que el resto del contenido se complete.
Limita aplicaciones de terceros: evita excesivos complementos y scripts externos, pues cada recurso adicional puede afectar la velocidad de carga, así que es tu responsabilidad definir si son necesarios o no.
Revisa las Core Web Vitals: “Los Core Web Vitals principales son un conjunto de métricas que miden la experiencia real que tienen los usuarios con la velocidad de carga del contenido, la interactividad y la estabilidad visual de las páginas”, explica Google for Developers. Éstos se relacionan con la velocidad de carga, la capacidad de respuesta y la estabilidad visual de una página para los usuarios, por lo que es necesario revisarlos constantemente para saber el estado de nuestro sitio.
Usa la memoria caché del navegador: la memoria caché del navegador permite guardar una copia del contenido del sitio web en el dispositivo del usuario, de esta manera, cuando el usuario regresa al sitio, los elementos se cargan más rápido porque ya están almacenados localmente.
Revisa tu servicio de alojamiento web: asegúrate de que el servidor donde está alojada tu página web tenga suficientes recursos para manejar la cantidad de visitantes sin ralentizarse; es importante que no experimente lentitud debido a la carga de tráfico.
Herramientas para medir el web performance
Existen muchas alternativas que te ayudarán a medir el rendimiento, pero en esta ocasión te recomendaremos las dos principales y de uso gratuito.
Lighthouse: Es una herramienta que puedes encontrar en las herramientas de desarrollo del navegador Chrome, la cual evalúa la calidad de tu sitio web y realiza pruebas automáticas en áreas como rendimiento, SEO, seguridad y buenas prácticas.
PageSpeed Insights: Es una herramienta online que mide la velocidad de carga de tu sitio web y proporciona una puntuación y sugerencias para mejorar la velocidad y el rendimiento, es decir, ¡es como una brújula digital para optimizar la velocidad de tu sitio!
Como conclusión, podemos decir que el rendimiento de un sitio web es crucial. Un sitio con un buen rendimiento se traduce directamente en una mejor experiencia para los usuarios, lo que a su vez aumenta las visitas repetidas al sitio y, por ende, los ingresos económicos que puede generar. Además, un buen rendimiento del sitio proporciona una ventaja competitiva.