Existen muchos mitos relacionados con la alimentación, pero a continuación te compartimos algunos de los más escuchados como: “Si tomo mucha agua adelgazo”.
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POR GERALDINA LÓPEZ / NUTRIÓLOGA EN HTECH
En la casa, con las amigas y amigos, con los vecinos(as), con la comadre y/o el compadre, todos comentan sobre cómo debemos alimentarnos, las nuevas dietas y los beneficios de los diferentes alimentos que consumimos a diario.
En ocasiones la información que tenemos está sesgada o se contradice, por lo que nos formamos ideas falsas sobre la nutrición y en realidad no sabemos si nuestra alimentación cumple con los requisitos para ser una dieta adecuada.
Existen muchos mitos relacionados con la alimentación, pero a continuación me gustaría compartirte algunos de los más escuchados:
“¿Qué alimento debo consumir para que me crezcan las pompis?”
Ningún alimento por sí solo tiene la acción en particular de generar un cambio en la figura, por ende, no existen alimentos específicos que ayuden a disminuir la cintura o cadera, incrementar los glúteos, eliminar las chaparreras, etc. La forma corporal (biotipo), que en gran medida la da la distribución de grasa corporal y masa muscular, va a depender de la genética, el tipo de alimentación y la actividad física.
“Tomar un vaso de agua tibia en ayuno te ayuda a bajar de peso”
Una de las funciones del agua en el organismo es hidratar y transportar los nutrimentos de la dieta a los órganos y tejidos, acelerando así en gran parte el metabolismo, sin embargo, si no se toma en cuenta la cantidad de calorías que se consume a diario, muy probablemente el agua no ayudará al proceso de reducción de peso. No olvides que para tener éxito en el proceso de reducción de peso y grasa corporal se requiere poner atención en varios factores y no sólo depende de uno.
“Para bajar de peso sólo como una vez al día”
La peor manera de bajar de peso es dejando de comer. Cuando el cuerpo entra en ayuno prolongado se produce un mecanismo de ahorro de grasa y carbohidratos que lejos de ayudarnos a bajar de peso propicia a la acumulación de grasa en el cuerpo. Se genera entonces un desequilibrio en que una disminución de peso repentina podría ocasionar una desnutrición severa y probablemente una visión fatal de nuestro físico.
“Se me antoja un plátano: ¡Ah!, es que te falta potasio”
Un antojo no es más que el deseo de comer un alimento en concreto. Suele producirse cuando se intenta restringir el consumo de determinados alimentos, ya que en esos casos la ansiedad por consumirlos aumenta. Se puede entonces considerar que los factores psicológicos son los motivadores de la mayoría de los antojos.
“La fruta engorda si la comes en la noche porque son carbohidratos”
Las frutas te aportan exactamente la misma cantidad de calorías a cualquier hora del día en que te las comas. Su consumo debe estar equilibrado, al igual que el de los demás alimentos.
“A partir de los 30… ¡hasta el agua me engorda!”
Se ha comprobado científicamente que entre más avanza la edad de una persona, las reacciones del organismo se van haciendo más lentas, de tal manera que es más difícil soportar cierta actividad física, así como bajar de peso de una manera muy rápida, sin embargo, se ha visto que al mantenerse activa una persona a lo largo de su vida es tan fácil bajar de peso como cuando se tenían 15 años…
Ningún alimento tiene esa función, lo único que puede disminuir la grasa acumulada es comer saludablemente aportándole al organismo lo que realmente necesita y realizando ejercicio.
“La dieta de las grasas da resultados rápidos y excelentes”
No es recomendable una dieta que sea libre en grasas y restringida en carbohidratos, ya que bajas de peso de una manera muy rápida, lo que puede generar un rebote. Esta no es una dieta que pueda sostenerse en el tiempo, por lo que no promueve un cambio en los hábitos alimenticios. Además, se pueden provocar problemas cardiovasculares por los niveles elevados de colesterol.
“No importa cuantos alimentos ‘light’ e integrales comas, ¡son libres!”
Los productos “light” no siempre son bajos en calorías. Es muy importante que leas las etiquetas y aprendas a seleccionar alimentos en donde se reducen las calorías de un modo efectivo. Para ser “bajo en calorías” un producto debería contener no más de 40 kcal por porción (de acuerdo con la normatividad vigente), lo cual muy pocos productos cumplen.
Podríamos seguir enlistando más y más mitos que se han ido transmitiendo de generación en generación, sin embargo, no olvides que antes de creerlo o ponerlo en práctica es importante que lo consultes con tu nutriólogo(a), para prevenir alguna situación desfavorable e incluso algún problema de salud.