POR ÁNGEL SANTILLÁN / FRONTEND SOFTWARE ENGINEER III
La cultura de la mentoría ha ido permeando cada vez más rápido en las áreas de software de nuestro país. De hecho, cada vez el desarrollador es menos visto como un lobo solitario y los líderes refuerzan más el trabajo en equipo y en especial la capacitación que se da entre uno y otro integrante.

Esto contrasta con lo que ocurre en otras carreras, donde esta transmisión de conocimiento suele verse como un tabú, debido a preceptos o miedos. Basta con recordar frases como: “si le enseño luego me van a correr a mí” o, “¿por qué yo voy a enseñar a esta persona?, para eso fue a la escuela”, etc.

En lo personal, desde que entré en el mundo del software he tenido la suerte de contar con grandes mentores, desde compañeros de equipo que hoy considero buenos amigos, hasta colaboradores de otras áreas que te guían en muchos temas que solemos desconocer, pues salen del campo de nuestras especialidades.

Pero en realidad, para ser un mentor necesitamos hacernos las siguientes preguntas:

¿Qué es ser un mentor?

De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española (RAE), un mentor es un “consejero o guía”. Pero la definición de Gustavo A. López, CEO & Trafficker Master en GL Mentoring , es más afín conmigo, pues dice: “un mentor es aquella persona que a través de su conocimiento y más precisamente de su experiencia crea una relación cercana al mentorizado o discípulo para lograr sus objetivos a nivel profesional o empresarial de una manera más fácil y rápida.”

Desde mi punto de vista, este “maestro” debe ser una persona con mucha experiencia en algún ámbito profesional, deportivo e incluso de vida, de modo que tenga consejos, experiencias e historias que te permitan, como alumno, crecer, mejorar y recorrer un camino más corto para llegar a tus objetivos.

Al final, el mentor me recuerda un poco a la serie animada Avatar: la leyenda de Aang, en la que el conocimiento va pasando de Avatar a Avatar (reencarnación), hecho que genera una cadena que puede perdurar eternamente. Del mismo modo, un mentor crea una cadena con su mentorado, quien puede volverse mentor, permitiendo que la cadena perdure en el tiempo.

¿Cómo ser un buen mentor en software?

Pero después de definir qué es un mentor surge la duda de ¿cómo ser un buen mentor? Y esta es una de las preguntas más importantes y más complicada, ya que existen muchas respuestas, bastante complejas, que pueden variar, dependiendo del ámbito. Pero en este caso únicamente nos vamos a enfocar al área del software, lo que reducirá las respuestas.

Una de las partes que la mayoría considera importante es ser experto en el tema a tratar, pero considero que la clave para ser un buen guía es saber transmitir tu conocimiento a las personas y saber elegir el método y las herramientas necesarias para alcanzar el objetivo.

Como mentor, muy probablemente habrá personas afines a ti, pero también quienes sean distintas, lo que vuelve complicado transmitir el conocimiento. Por esto, como mentores debemos ser capaces de traducir nuestras experiencias, ideas, conocimientos e información para que nuestro pupilo logre aprovecharlas al 100%.

Luego es necesario dar al mentorado las herramientas más adecuadas para que logre, de forma autodidacta, seguir adelante por sí solo, de modo que no sea 100% dependiente de uno, es decir, como mentores, sólo debemos ser una ayuda o un impulso para que la persona logre avanzar en el tema.

Por otro lado, hay que tener presente que las técnicas que funcionaron para guiar a una persona puede que no sean eficaces en otra. Y ese es el trabajo más importante del mentor, debido a que una vez que encuentre la “fórmula” correcta para su alumno, rápidamente éste logrará “volar por sí solo”.

Por último, es necesario dar seguimiento al mentorado, ya que, si bien logró avanzar en el tema, muchas veces puede que aún tenga dudas. Incluso, por la relación que se establece durante la mentoría, se logra un lazo de confianza que vuelve al mentor en ese guía o persona con una opinión importante o de valor para dicha persona a lo largo del tiempo.

¿Por qué es bueno ser un mentor?

Seguramente se han de preguntar: “¿y yo qué ganaré siendo mentor?” Pues les cuento que te vuelve mejor profesionista, te incentiva a crecer, ves las cosas con diferentes o múltiples perspectivas y estableces un vínculo con otras personas, que muchas veces sobrepasa el ámbito profesional.

En múltiples ocasiones, cuando uno se vuelve mentor también logra detectar las debilidades que uno tiene en un tema en particular, uno se puede volver autocrítico y, muy probablemente, crea una relación de simbiosis en la que ambos participantes tienen mucho que ganar.

En lo personal, puedo decirles que ser mentor ha sido una de las experiencias más asombrosas y de crecimiento que he tenido como profesionista: ver cómo la persona a la que mentoreas progresa genera una inexplicable sensación de orgullo y satisfacción.