POR GERALDINA LÓPEZ / NUTRIÓLOGA EN HTECH
Nuestras emociones pueden definir e influir en las decisiones que tomamos en cuanto a nuestra alimentación, pues, así como la comida forma parte de nuestro día a día y de nuestra cultura, puede ser también un refugio para nuestros sentimientos.

Es común que al sentirnos tristes o estresados recurramos a nuestros alimentos favoritos, o que al haber conseguido un logro nos premiemos con comida, pero este tipo de actos o hábitos puede perjudicarnos a lo largo del tiempo.

Por eso, con la finalidad de que esto no ocurra, primero es necesario conocer los tipos de hambre que existen:

El hambre fisiológica es aquella que se produce por un estímulo interno y que sentimos gradualmente. La identificamos porque nos despierta el apetito y porque, al comer, la sensación de hambre desaparece.

Por otro lado, el hambre emocional se produce por un estímulo externo, entre los que están la vista o el olfato, y surge como una respuesta a una situación estresante o negativa. Incluso, la vemos como un premio o un antojo.

¿Cómo identificarlas?

Ambos tipos de hambre pueden resultarnos muy parecidos. Por eso, a continuación, te ayudamos a identificar las principales características que los diferencian:

Es importante saber cómo reconocer el tipo de hambre que estamos teniendo durante el día, pues al no hacerlo podemos desarrollar trastornos de conducta alimentaria, dependencia emocional a la comida, sobrepeso u obesidad, ansiedad, etc.

¿Qué puedo hacer contra el hambre emocional?

No guiarnos por nuestras emociones puede resultar difícil, pero identificar el problema es la base para lidiar con el hambre emocional. A continuación, enlistamos algunos tips para evitar caer en la tentación:
• Identifica lo qué sientes: tristeza, ansiedad, estrés, etc. (primero trata de controlar esa emoción).
• Busca una distracción o una actividad que te produzca relajación o te haga sentir bien.
• Prepara tus comidas con anticipación.
• Lleva contigo snacks saludables.
• Busca otro tipo de recompensas en lugar de comer, como un paseo, un libro, un viaje, una caminata, actividades recreativas, etc.

Algunas ideas de snacks saludables y prácticos que pueden ayudarte ante el hambre emocional son:

✔ Yogurt griego sin azúcar con 1 fruta.
✔ Un puño de frutos secos (almendras, nueces, semillas de girasol y/o calabaza, cacahuates naturales, pistaches).
✔ Gelatina sin azúcar con trozos de fruta.
✔ Una barrita de avena o de cereal de arroz que te aporte menos de 100 calorías.
✔ 2 rice cakes con crema de cacahuate sin azúcar y fruta.
✔ Jícama y/o pepino con limón y chilito.
✔ Rollitos de pechuga de pavo con aguacate.

No olvides poner en práctica estos consejos y cuando sientas hambre haz una pequeña pausa para que analices si lo que estás sintiendo es fisiológico o emocional.